Causas comunes del dolor de espalda y cómo aliviarlos

Despiertas, entonces te estiras y un dolor inconfundible recorre tu médula espinal. Vuelves a la posición inicial y repites. No es solo una punzada, la molestia sigue allí. Te das cuenta de que tienes un dolor de espalda y vas a tener que hacer algo al respecto porque no te puedes mover bien.

Este problema es uno de los más comunes en cuanto a músculos, solo que en la zona posterior del tronco son más sensibles. Varios pueden ser los orígenes, pero una vez se tiene la dolencia, en la gran parte de los casos, no es necesario acudir al médico. Con un poco de conocimiento se puede identificar el grado de gravedad y proceder a atenderlo desde casa.

Eso sí, si la molestia persiste es importante acudir a consulta médica ya que puede tratarse de un asunto más grave que requiere de tratamiento.

Causas del dolor

Una aflicción leve puede ser resultado de una mala posición al dormir o al sentarse. Cuando se duerme de lado sobre un brazo en una postura incómoda, la espalda puede molestar porque el músculo del hombro se encuentra tenso. Otra molestia común es cuando se apoya la cabeza en una almohada demasiado alta o baja para el cuello, la postura rígida ocasiona dolencia muscular. La parte posterior duele alrededor de la zona que conecta con la espalda porque es la que recibe todo el peso de la tensión. Un mal colchón puede ser de igual manera el responsable de una espalda agarrotada. Todas estas pueden suceder en un determinado momento y aliviarse con los días.

No obstante, el dolor también puede ser corriente. Cuando se acostumbra a caminar encorvado o a doblar la espalda en vez de agacharse para recoger algo del suelo molesta en el instante. Sin embargo, el remanente queda porque es un hábito adquirido a lo largo del tiempo, solo que como es una costumbre no se percibe.

Igualmente, pasa cuando una persona se posiciona mal en una silla y no se recuesta del respaldar. Entonces, la espalda se cansa de sostener el peso que puede repartir con el apoyo del asiento. Lo cual sucede frecuentemente cuando se está leyendo algo a una distancia muy baja o escribiendo con todo el peso hacia adelante. La situación también se presenta al ver televisión y subir las piernas al asiento en una postura recogida que no permite que la espalda esté recta.

Otras causas

Por eso, una gran parte de los dolores de espalda se origina por la posición en la que se encuentra la parte posterior del cuerpo. Es cuestión de darse cuenta de la tensión que se le coloca y tratar de corregirla en el momento para evitar una incidencia mayor. Si se está caminando con los hombros muy bajos, subirlos hasta su colocación normal para no añadir más peso a la parte superior de la espalda. Asimismo, si el andar es con los hombros muy inclinados hacia atrás, posicionarlos más al frente hasta recuperar la postura normal. Si no, se podrían ocasionar problemas más graves en la médula espinal.

Aunque estas se puedan identificar rápidamente, hay otras molestias que no lo son. Los dolores bajos, mayormente, son resultado de afectaciones más complejas como problemas lumbares o espinales. Esta zona es muy sensible y solo salta a la luz alguna irregularidad con una aflicción recurrente. Pero para conocerla, es necesario acudir al médico periódicamente para que la detecte antes de que afecte o cuando apenas inicie la molestia.

Los niveles de calcio son igual de relevantes, pues un bajo estado puede causar osteoporosis e incidir negativamente en la médula ósea. Esta enfermedad a largo plazo puede ser tediosa y producir dolencias fuertes, así que es un factor a considerar si la espalda genera incomodidad. Si el diagnóstico es afirmativo, la afectación puede controlarse con medicina y consumo del mineral.

El estilo de visa es importante

Si se tiene un estilo de vida activo o con frecuente actividad física, las molestias pueden ser constantes e irreversibles. Un mal movimiento puede desencadenar algún problema mayor por la aptitud física que se debe tener, condicionada por la exigencia del deporte que se practique. En ese sentido, es de rigurosa atención realizar estiramientos previos como calentamiento para el ejercicio. Lo cual acondicionará los músculos y articulaciones para desempeñar funciones más fuertes sin dañarlas y habilitará una mejor condición de estos.

Ya cuando se identifique una afectación mucho más severa, esto puede tratarse de un desplazamiento de disco en la médula, hernias o escoliosis, entre otras. Estas aflicciones indicarán síntomas más representativos como dolor en la cabeza y en las extremidades porque presionan el nervio medular y afectan más áreas que espalda. Los tratamientos varían desde inyecciones, terapias u operaciones, pero lo primordial es que se averigüe exactamente el problema para saber cómo proceder. En ese sentido, es indispensable no dejar de consultar con un especialista por pensar que es un dolor menor.

Alivio para el dolor de espalda

Desde remedios caseros hasta prácticas quirúrgicas, dependiendo de la gravedad de la situación la molestia puede desaparecer. Pero lo primero es averiguar qué es lo que se tiene y cuál es el origen. Como se mencionó anteriormente, si la dolencia es por mala postura al caminar o al sentarse, el primer paso es colocarse con la espalda recta. Tomará tiempo acostumbrarse a una postura erguida, pero la espalda descansará y el malestar se reducirá notablemente. Respecto a si se duerme en una posición incómoda, se notará la diferencia al cambiar de almohada.

En todos estos casos, se pueden aplicar masajes con cremas frías para reducir la tensión de los músculos. Al momento de hacerlos, se sugiere que alguien con experiencia los realice para evitar que una mala praxis dé como consecuencia otras dolencias. Igualmente, compresas calientes por períodos de entre 5 y 10 minutos en las zonas adoloridas resulta de ayuda. Otra recomendación es bañarse con agua caliente y dejar que impacte la espalda ya que funcionará como masaje y la relajará.

Si la aflicción es leve, las cremas mentoladas pueden ser muy efectivas para eliminarla fácilmente. Otra recomendación es dormir de espalda, intentando apoyar esta en el colchón durante toda la noche para que descanse. Allí reside la importancia de identificar si el colchón es cómodo o no para reemplazarlo, de ser necesario.

Sin embargo, si la manifestación es más fuerte las pastillas para dolor de cabeza pueden calmar los nervios y las de dolores musculares hacer lo mismo. Los baños de frío-calor también pueden ser una opción ya que el cambio de temperatura relaja los músculos.

Tener en cuenta que…

Si la aflicción es persistente, los estiramientos pueden ayudar a mejorar la postura y mitigar molestias. Al levantarse, entrecruzar los dedos con la parte externa de las manos mirando hacia ti y extender los brazos hacia el frente hasta su punto máximo. Realizar esto por, al menos, 30 segundos. Seguidamente, descruzar los brazos y ponerlos hacia atrás para repetir la misma acción, pero hacia atrás.

Nuevamente, separar los brazos y unirlos sobre la cabeza para estirar sobre esta mientras el tronco y las extremidades se extienden. En este caso, los pies deben colocarse de puntillas para un estiramiento completo. Finalmente, regresar a la posición inicial e inclinarse hacia delante de manera que las manos toquen los pies y las rodillas no se doblen. Esta fácil rutina será satisfactoria para tu cuerpo y te hará sentir mejor.

Otras opciones pueden ser

Una opción similar es el yoga que flexibiliza los músculos, mejora las posturas y previene el padecimiento de varias enfermedades y la aparición de aflicciones musculares. Adicionalmente, se practica en casi cualquier lado y fortalece el cuerpo, por lo que es una actividad que aporta más beneficios que eliminar el dolor. Entre estas también se halla la natación, la cual es ideal en el proceso de desarrollo para terminar de formar los componentes corporales. Trotar es otra de las actividades que favorece, puesto que las extremidades se estiran y la espalda retorna a una postura normal erguida.

El uso de vendas, siempre y cuando se sepan utilizar, es válido de igual manera. Al mantener fija una posición y presionar lo suficiente para impedir otras dolencias, ayuda a que el dolor amaine. Esto es recomendable, especialmente, cuando se tienen lesiones previas y contracturas en los músculos porque evita el desarrollo o el agravamiento de estas.

Si la molestia continúa, se sugiere visitar al doctor para que dé un seguimiento y ofrezca alternativas más específicas.

Muchas veces el profesional dictamina la realización de terapias. Esto debido a que lo que se tiene no es tan severo y puede ser corregido. Pero ese es en el sentido médico, normalmente, el dolor se puede aliviar desde casa.