Tratamiento de las compresiones medulares

Concepto de compresion medular

La denominación «compresión medular» o «mielitis por compresión», se aplica a los síntomas y lesiones que resultan de la compresión lenta de la médula espinal.

Causas de las compresiones medulares:

  • Primero: La lesión tuberculosa de las vértebras o mal de Pott es la causa más frecuente.
  • Segundo: Los tumores de las vértebras, de las meninges o de la misma médula.
  • Tercero: La artrosis de la columna vertebral es muy raro que produzca compresiones.
  • Cuarto: Las lesiones vertebrales sifilíticas.
  • Quinto: Las fracturas-luxaciones de la columna vertebral suelen provocar una compresión de evolución rápida, si bien en algunos casos también pueden producir una mielitis compresiva lenta.

Cuadro clínico.

Los síntomas de la afección resultan de la compresión que las vértebras producen sobre las raíces nerviosas y la médula espinal:

  • Primero: La afectación de las vértebras produce dolor local. Rigidez de los músculos del dorso y deformidad visible. El dolor se incrementa cuando se realizan esfuerzos y movimientos; y puede existir antes de la deformidad.
  • Segundo: Los síntomas por afectación de las raíces nerviosas en el nivel de la lesión suelen ser la irritación con dolor e hipersensibilidad muy intensa. Más tarde puede provocar anestesia o anestesia dolorosa, es decir: dolor en la parte superior de la lesión, e insensibilidad en la zona correspondiente a la misma. Ocasionalmente puede producirse atrofia de los músculos que dependen de la raíz afectada.
  • Tercero: Síntomas medulares. Este grupo de síntomas varía según sea el sitio de las lesiones:
    • Localización dorsal: Se caracteriza por parálisis de las extremidades inferiores. Inicialmente puede ser parcial y moderada, mostrándose sólo por una debilidad de las citadas extremidades. Posteriormente puede ocasionarle una parálisis espástica de las mismas. Los síntomas sensitivos muestran una insensibilidad que comienza a nivel de la lesión o por una hipersensibilidad con dolores que se perciben en forma de un cinturón que aprisionara en un nivel algo más elevado al de la lesión.
      Los reflejos profundos de las extremidades inferiores, al principio, están disminuidos. Más tarde se incrementan e incluso, en algunos casos, muestran un estado tal de reaccionabilidad exagerada que recibe el nombre de «clonus». También suelen existir trastornos en los esfínteres y alteraciones tróficas de la piel, especialmente úlceras por decúbito.
    • En la localización cervical las extremidades inferiores suelen afectarse (igual sucede en el caso anterior) pero además acostumbran presentarse alteraciones en las extremidades superiores ya de simple debilidad o incluso de parálisis. En algunas ocasiones se añaden síntomas específicos o especiales de esta localización, tales como lenificación del pulso, vómitos, hipo.
    • En la localización lumbar y iumbo-sacra se produce debilidad y parálisis de las extremidades inferiores, cuya intensidad y distribución varía según el asiento de la lesión. Los trastornos de los esfínteres son casi constantes, lo mismo que los trastornos tróficos, especialmente úlceras por decúbito e infecciones de la vejiga urinaria.

Tratamiento de las compresiones medulares.

Como se comprende, el tratamiento variará de modo considerable si la compresión es debida a una fractura-luxación de ¡a columna vertebral, o se trata de una tuberculosis del raquis, o de un tumor. Ante todo, seré preciso llegar al conocimiento exacto de la causa que motivó la compresión medular para poder —en los casos que ello es factible— actuar sobre aquélla: reducción de la fractura o luxación; medicaciones antituberculosas e incluso intervención quirúrgica para vaciar el foco tuberculoso y relleno ulterior, radiación de la masa tumoral, si su extirpación no es factible, etcétera.

En todos los casos hay unas medidas comunes, que son las siguientes: tener al enfermo completamente limpio y seco, sobre todo en las partes de apoyo; fricciones con alcohol y espolvoreado con talco, combatir la retención de orina mediante sondajes repetidos, practicados por personas idóneas especializadas y empleando medidas de asepsia estricta. Regular el vaciamiento del intestino, mediante enemas. Equilibrar bien la dieta, dar tónicos generales, masajes en las extremidades paralizadas, terapéutica física de las mismas, etcétera.