En el síndrome de nefropatías diabéticas una sobreproducción hepática de las apoliproteína B y una actividad reducida de la lipoproteína lipasa, esto motiva un aumento de los niveles plasmáticos de las VLDL y LDL.
La Dislipidemia asociada a las nefropatías diabéticas
En la insuficiencia renal crónica las anomalías más relevantes son una disminución de la lipoproteína lipasa y de la lipasa hepática, estos procesos hacen que aumenten las VLDL y IDL y disminuyan las HDL.
La dislipidemia asociadas a una nefropatía diabética adquiere una mayor relevancia cuando se asocia a una diabetes mellitus tipo II.
Cuando existe una insuficiencia renal se debe modificar a menudo el tratamiento dietético de la dislipidemia por las repercusiones sobre el consumo de proteínas. Además, estos pacientes están poco motivados para seguir dietas muy reducidas en grasas.
No ha sido estudiado suficientemente el tratamiento farmacológico para la dislipidemia en diabéticos con insuficiencia renal. Los mjnse eliminan principalmente por el riñón por lo que su uso puede aumentar el riesgo de presentar miopatías y rabdomiólisis.
Por lo cual su uso requiere mucha precaución en pacientes con insuficiencia renal. La lovastatina, al ser metabolizado principalmente por el hígado, es un medicamento más seguro y eficaz para pacientes con insuficiencia renal. Pero igualmente, su uso en pacientes diabéticos con nefropatía requiere ser estudiado.
Del mismo modo, durante el embarazo se aumentan ya de por si todas las fracciones lipoproteicas, y por este motivo es un agravante de la dislipidemia en las mujeres diabéticas.
En las mujeres embarazadas se debe de instaurar un tratamiento no farmacológico para contrarrestar estas anomalías, ya que no se conocen los efectos nocivos que pueden tener estas drogas en una situación así.
Si la hipertrigliceridemia no puede ser controlada, se debe administrar aceite de pescado y monitorizar estrictamente el control glucémico en todo momento.