La urografía intravenosa

La urografía intravenosa debería realizarse en el paciente diabético en alguna(s) de las siguientes situaciones:

  • A Sospecha de reflujo.
  • B Infección recurrente del tracto urinario.
  • C Diagnóstico de necrosis papilar renal.
  • I) Calculosis renal, hematuria franca o microscópica y presencia de cilindros hemáticos (glóbulos rojos) en la orina.
  • E En cualquiera de las situaciones mencionadas.

 

E. En cualquiera de las situaciones mencionadas.

Existe un ligero peligro de originar una insuficiencia renal aguda por la inyección de un medio de contraste en la realización de una urografía intravenosa o una arteriografía.

Con fines prácticos, el riesgo aparece limitado a pacientes de más de 40 años de edad con diabetes de más de 10 años de evolución que tuvieran graves complicaciones e insuficiencia renal preexistente con una creatinina sérica >3,5 mg/’dl.

La mayoría de los casos han ocurrido en pacientes que han llegado a deshidratarse por una interrupción temporal de la insulina y un largo tiempo de espera en el departamento de radiología. Si es necesaria una urografía intravenosa, el paciente debería ser insulinizado adecuadamente y no debería estar deshidratado antes de la exploración. Deberá administrarse manitol si el flujo de orina disminuye.

Las siguientes precauciones deberían tenerse en cuenta:

  1. Estar adecuadamente insulinizado.
  2. No estar deshidratado antes de la exploración.
  3. No permanecer largo tiempo esperando en el departamento de radiología.
  4. Tener manitol disponible.

No parece existir correlación entre la aprición de insuficiencia renal aguda y la dosis del medio de contraste y su contenido en yodo, aunque modernos medios de contraste no iónicos pueden ser intrínsecamente seguros.