Causas de la Triquinosis.
La triquinosis es producida por un pequeño gusano, el «trichinilla spiralis», llamado así porque tiene forma de pelo («trichos»), y, además, porque está arrollado sobre sí mismo («spiralis»). La hembra mide cuatro milímetros, y el macho la mitad, y en su forma adulta habita en el intestino de diversos animales: cerdos, jabalíes, perros, osos, zorras, pero especialmente en el de la rata, pues la mitad de ellas suelen ser triquinósicas; el cerdo suele infectarse al comerlas.
Transmisión.
El hombre se infecta al comer carne de un animal triquinósico, especialmente carne de cerdo cruda (jamón, salchichón, etc.). Las triquinas en forma adulta viven en los intestinos de los anímale nencionados, pero su forma larval solamente se encuentra en los músculos de tales animales. Estas larvas, de forma redonda y un milímetro de tamaño, contienen en su interior un gusanito enrrollado.
Al ingerir el hombre músculos triquinósícos, la cápsula que envuelve a las larvas es digerida y aquéllas pasan al intestino, donde maduran y se vuelven adultas.
Al cabo de siete días, la hembra es copulada, y a continuación el macho muere, siendo expulsado, mientras que la hembra atraviesa la pared intestinal y pare unos 1500 huevos que alcanzan, por la vía sanguínea, el pulmón, lo atraviesan, y llegan a los músculos, donde sufren el proceso de enquistamiento.
Cuadro clínico.
En la fase inicial el atacado solamente registra síntomas de intolerancia digestiva: vómitos, dolores abdominales, diarreas, calambres musculares o verdaderos dolores musculares, que preludian la invasión y afectación del músculo.
Posteriormente, sucede el período de la inflamación muscular, que ocurre hacia el décimo día. Se manifiesta por fiebre intermitente, dolor, hinchazón y endurecimiento de los músculos, siendo principalmente atacados los antebrazos, brazos (bíceps), el diafragma (originando dificultad respiratoria y tos), y los párpados (hinchazón).
El diagnóstico del atacado se complementa por la búsqueda de parásitos en las heces, por el estudio histológico de trozos del músculo afectado, y por el análisis de sangre que demuestra el gran aumento de los eosinófilos.
Prevención.
Las medidas preventivas son de gran importancia en la triquinosis. La más eficaz es el control veterinario de las carnes de cerdo, mediante el triquinoscopio.
Calentando la carne de cerdo a setenta grados, como en el proceso de la cocción, las triquinas mueren. Sólo es innocua la carne que se ha hecho gris por la cocción. En cambio, el ahumado superficial es insuficiente. Las epidemias de triquinosis entre el ganado son anunciadas por las autoridades, generalmente por medio de circulares y notas que publica la prensa. Se advierten los peligros, señalando prevenciones y se prohíbe no sólo la venta de cuanto no haya sido previamente inspeccionado por los órganos oficiales sanitarios, sino también la celebración de ferias, mercados, etc., que puedan propagar la enfermedad; y además indican el modo de proceder a la cremación total de los animales afectados.
Tratamiento de la Triquinosis.
En el primer período es eficaz un purgante enérgico; llegada la segunda fase, los resultados son más aleatorios. Se recomienda el preparado fuadina a base de antimonio; y los preparados hormonales a base de cortisona o A.C.T.H., que, si bien no tienen efectos contra el parásito, poseen una enérgica acción antialérgica y protegen de la complicación más seria que presenta esta enfermedad: la inflamación del músculo cardíaco.