Tratamiento de la siringomielia

Concepto de siringomielia

Enfermedad crónica de la médula espinal, debida a crecimiento anormal del tejido de sostén neuróglico (gliosis).

Comienza esta enfermedad alrededor de los veinte años, afecta preferentemente a los hombres. En algunos casos se inicia después de un traumatismo en la cabeza, en el raquis o en las costillas. No puede establecerse de modo evidente que sean siempre éstos sus orígenes.

Lesiones

Como consecuencia del desarrollo del tejido neuróglico y formación ulterior de cavidades en el mismo, se producen lesiones en la substancia nerviosa que determinan el cuadro clínico de esta enfermedad.

Cuadro clínico

Se caracteriza la siringomielia por alteraciones motoras, alteraciones de la sensibilidad y trastornos tróficos.

Suele localizarse preferentemente en la medula cervical,”por lo cual comienza con atrofia y parálisis de los músculos pequeños de la mano (mano en garra). En los antebrazos se atrofian primero los flexores. En otras ocasiones la dolencia comienza por los músculos del hombro. Los músculos atrofiados presentan sacudidas pequeñas. Añádanse además trastornos de la sensibilidad. Consisten especialmente en la pérdida de la sensibilidad al dolor y al calor. Persiste en el individuo la sensibilidad al tacto.

Como consecuencia de la falta de sensibilidad al dolor y al calor, suelen producirse quemaduras y heridas en la zona anestésica y graves alteraciones tróficas que, además de interesar la piel y las partes subyacentes blandas, afectan también a los huesos, produciendo deformaciones articulares con excrecencias óseas importantes.

Evolución

Es una enfermedad de curso muy crónico y de carácter progresivo. A veces su curso se detiene durante cierto tiempo, para luego volver a evolucionar. Los pacientes suelen morir a consecuencia de una enfermedad sobreañadida; y muchos, como consecuencia de una septicemia, originada por los frecuentes panadizos o flemones que sufren en las zonas anestesiadas.

Tratamiento de la siringomielia

La enfermedad sufre una evolución crónica y progresiva, siendo pocas las posibilidades de actuar terapéuticamente sobre dicha evolución. Últimamente se han observado algunos resultados beneficiosos empleando la radioterapia en la médula. Es preciso mantener muchas precauciones con estos enfermos para evitar que, debido a su anestesia, se produzcan quemaduras, heridas e infecciones.