Concepto de insolación.
La insolación es el accidente clásico de los individuos inmovilizados largo tiempo a pleno sol, con su cabeza insuficientemente protegida. Los síntomas predominantes son los que se derivan de la congestión de las meninges y del encéfalo, traduciéndose generalmente en intenso dolor de cabeza, vómitos, convulsiones, fiebre a veces hasta 42°, síntomas de meningismo y, en casos más graves: pérdida del conocimiento, e incluso fallecimiento.
Cuadro clínico.
Corrientemente, la insolación se manifiesta con trastornos menores:
- Sensación de cansancio.
- Congestión de la cara.
- Dificultad respiratoria.
- Algún desvanecimiento, reponiéndose pronto y quedando un dolor de cabeza tenaz que dura varios días.
Prevención de la insolación.
La prevención contra la quemadura solar es fácil, basta con proteger la piel contra la acción de las radiaciones solares encubriéndola con cualquier ropa o recubriéndola con cremas o substancias que han sido llamadas “pantallas protectoras”, que absorben las radiaciones ultravioleta.
En cuanto a la insolación se prevendrá dosificando, en días sucesivos, la permanencia al sol y protegiéndose la cabeza.
Tratamiento de la insolación.
Para el tratamiento de las quemaduras solares resultan provechosas: las compresas humedecidas con suero salino, ácido bórico; o bicarbonato sódico al 5%. Por la noche, cualquier ungüento boricado o vaselina.
En las quemaduras superficiales de la cara, para aliviar la sensación de tensión de la piel, se recomienda el movimiento continuo de la región; lo cual podrá lograrse masticando chicle o algún caramelo.
Respecto al tratamiento de la insolación, la medida más efectiva consistirá en practicar punciones lumbares con extracción lenta de liquido cefalorraquídeo y además “refrigerando” lentamente al paciente. Como se comprende, todas estas medidas corresponderán al facultativo, quien es el que controlará el curso de la dolencia , pues conviene no fiarse de las recomendaciones y consejos que muchas personas puedan dar.