Tratamiento de la electrocución

Los accidentes causados por la electricidad son muy frecuentes y peligrosos. Claro está que los efectos sobre el organismo dependerán de numerosas circunstancias, entre ellas, la forma de contacto con el ser humano, el voltaje de la corriente; intensidad, resistencia que el cuerpo humano opone al paso de la corriente, etcétera.

Nos referiremos escuetamente a lo que debe hacerse en el caso de que se produzca un accidente de electrocución:

  • Primero: Ante todo, es preciso aislar, al lesionado, de la corriente, teniendo en cuenta de no tocarlo ni cogerle directamente, para que nosotros no suframos los efectos del contacto.
    Lo mejor es cogerlo con una cuerda, o sirviéndose de ganchos, que vayan provistos de mangos aislantes. Se asirá al individuo teniendo la precaución de no tocar directamente el suelo, sino aislándose por intermedio de un taburete de madera barnizada que tenga las patas terminadas en placa de porcelana o de cristal. Desde encima del taburete, intentar el salvamento.
    También es muy eficaz, cuando ello puede realizarse, cortar el paso de la corriente, teniendo siempre en cuenta que si la víctima está suspendida, es preciso prever la caída del individuo, preparando en el suelo colchones para evitar peligros y otros contactos.
  • Segundo: Avisar en todos los casos rápidamente al médico. Es imprescindible que el lesionado sea visitado y atendido cuanto antes.
  • Tercero: Llevar la víctima a un local ventilado en el cual no habrá más de tres o cuatro ayudantes. Aflojarle los vestidos. Y tratar de restablecer rápidamente su respiración y su circulación.
  • Cuarto: Respiración artificial. En seguida se comenzará la respiración artificial. (Especialmente indicada en los “electrocutados azules”, que son aquellos que muestran una coloración azul en su semblante). Deberá realizarse sin interrupción hasta obtener la recuperación total o hasta que aparezcan las livideces cadavéricas. Se citan bastantes casos de reanimación de personas, incluso hasta tres y cuatro horas después de persistente aplicación de la respiración citada. Es muy conveniente que en las fábricas, talleres, locales, playas, haya carteles en los que se explique cómo debe efectuarse la respiración artificial.
    El importante método manual de Holget-Nielsen es el más adecuado. Se realizará del modo siguiente: el individuo es acostado sobre el vientre, con los codos doblados, las manos por debajo de la cabeza, con una mano sobre la otra, y la mejilla apoyada en la mano; la cara un poco ladeada.
    El auxiliador pone una rodilla frente a la cabeza del accidentado y coloca el pie del lado opuesto, cerca del codo. El auxiliador aplica entonces sus manos en el dorso del paciente, de manera que sus pulgares se toquen entre sí, estando las palmas de las manos justo por debajo de la línea que une ambas axilas.
    Inclinándose lentamente hacia delante con los codos extendidos, hasta que sus brazos estén casi verticales, ejerce una firme presión sobre el tórax. Entonces comienza a inclinarse lentamente hacia atrás y se deslizan las manos hacia los brazos del paciente, justo por debajo de los codos. Se doblan los brazos hasta que la resistencia y tensión sean transmitidas a los hombros del paciente. Se dejan caer en seguida los brazos. Lo explicado constituye un ciclo completo.
    Los ciclos, iguales al descrito, se repiten doce veces por minuto, siendo de la misma duración las fases de expansión y las de compresión, y los períodos de descanso, mínimos.
  • Quinto: Se añadirá a la respiración artificial la administración de oxígeno y se inyectarán estimulantes del centro respiratorio (lobelina, cardiazol, etcétera).
  • Sexto: A los electrocutados blancos que son quienes tienen la cara pálida, lo cual nos indica que el trastorno fundamental del atacado es de alteraciones cardíacas, se les practicará una inyección lenta, intracardíaca, de suero fisiológico con 20 mg de acetilcolina, y 20 mg de ácido adenosintrisfosfórico.