El tratamiento con inyecciones de insulina repartidas en diversos momentos del día es efectivo y beneficiosos, veamos el porqué:
• Ofrece una mayor flexibilidad para el seguimiento de la dieta (variedad de tipo de alimentos como por el horario de comidas).
• Debido a la simplicidad, no hay de mezclas de insulinas, su puesta en práctica es relativamente fácil, ya que una vez explicadas las razones al paciente del porqué de este tipo de tratamiento, su aceptación está asegurada.
Con esta pauta cada dosis de insulina tiene una función muy bien definida.
• Con la introducción de las plumas inyectoras, la aplicación de este tipo de pautas se ha facilitado considerablemente (mayor comodidad).
Metas del control glucémico durante el tratamiento con inyecciones de insulina
Los objetivos del control glucémico deben ser individualizados y explícitamente definidos con cada paciente.
A los pacientes jóvenes y sin complicaciones, aquellos que reconocen bien los síntomas de hipoglucemia e incluso pueden presentar una recuperación espontánea, se les puede pedir como meta del control glucémico alcanzar perfiles similares a la de los individuos no diabéticos.
Estos objetivos tan estrictos no deberán exigirse en pacientes donde la hipoglucemia representa un grave riesgo, pacientes con neuropatía vegetativa, y por tanto sin posibilidad de reconocimiento de los síntomas de hipoglucemia, pacientes donde la hipoglucemia puede comprometer otros tejidos (antecedentes de angina de pecho o isquemia cerebral transitoria).
Dosis inicial de Insulina y distribución
Las dosis de insulina requeridas suelen ser de 0,5-1 ?0 U/kg/día para conseguir un óptimo control de la glucemia en un paciente con diabetes tipo I de un peso máximo superior al 20% del ideal, sin infecciones intercurrentes u otras causas de inestabilidad.
Durante el período de remisión (“luna de miel”), que suele presentarse al inicio de la enfermedad, disminuyen considerablemente los requerimientos de la insulina.
En el curso de enfermedades intercurrentes las necesidades de hormona beta pancreática aumentan.
De la dosis total calculada para todo el día el 40-50% se administrará como dosis basal. El resto se divide empíricamente entre las tres comidas principales, este reparto está en función del contenido de hidratos de carbono de cada una de las ingestas. Como norma muy aproximativa se puede calcular de 1 a 2 unidades de insulina por cada 10 g de hidratos de carbono.