Las terapias y tratamientos en la diabetes deben ser estrictamente vigiladas por su médico y, en lo posible, internado. Deben ensayarse en él las siguientes medidas terapéuticas:
– Administrar dosis crecientes de insulina, con preferencia insulina regular, ensayándose tanto la vía subcutánea como la endovenosa, tendiendo a alcanzar lo antes posible, a lo sumo en pocos días, la dosis necesaria para compensar su glucemia. El uso de insulina regular exige la inyección cada 6 horas. Puede ir aumentando gradualmente la dosis, previa investigación de la glucosuria o en la actualidad, gracias al método rápido del Dextrostix, la glucemia. Hoy hay insulina en concentraciones de 100 y de 500 unidades por centímetro cúbico especialmente preparadas para estos casos. No sólo evita la inyección de grandes cantidades de vehículo sino que parecen tener una duración más prolongada y en igualdad de dosis una acción más eficaz.
La insulina, indispensable para el tratamiento de la diabetes
– Dolger aconseja el uso de insulina sometida al calor durante 40 minutos para destruir el poder antigénico. Es un segundo paso que conviene efectuar, aunque en general con poco éxito.
– Agregar sulfodrogas hipoglucemiantes con biguanidas o sin ellas en dosis altas (no menos de tres gramos de tolbutamida) y durante períodos no menores de treinta días.
Sólo responden aquellos que tienen suficiente capacidad en sus células beta para la producción de insulina.
– El uso de ACTH o de glucocorticoides se ha descrito en varias oportunidades como un eficaz medio terapéutico.
Se requieren a veces dosis altas. Nunca menos de 40 mg de prednisolona, pudiendo duplicarse la dosis, por un mínimo de quince días.
– El cambio de insulina de vaca durante el tratamiento por la insulina de cerdo. Esta insulina tiene un parecido a la insulina humana pues a diferencia de la de vaca que tiene variaciones de los C8,9 y 10 de la cadena A, la insulina de cerdo sólo se distingue de la humana en que tiene alanina y la humana tiene treonina en el extremo de la cadena B. En la actualidad se ha conseguido una insulina de cerdo que ha sido privada de alanina. Akbey Kitley y Galoway al tratar 11 pacientes con insulinorresistencia encontraron 6 de ellos con un sensible requerimiento menor cuando se los trató con insulina de cerdo desalaninizada o insulina humana que pudieron obtener en circunstancias de excepción. A pesar de todo fracasaron en 4 casos.
La insulina de cerdo no se consigue comercialmente en nuestro país. No obstante, en los casos de insulinorresistencia en que la hemos necesitado, fueron provistas por los laboratorios norteamericanos o daneses que la producen. La insulina de cerdo utilizada por lo general es recristalizada hasta 10 veces, lo cual disminuye su poder antigénico.
Cuando fracasan las anteriores terapéuticas es necesario mantener el cuidado del enfermo con dosis altas de insulina hasta que se produzca la remisión de la insulinorresistencia.