La regulación del apetito en la prediabetes es un factor clave para el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad. Ya vimos los puntos clave entorno al apetito, analicémoslo punto por punto.
La regulación del apetito en la prediabetes, clave para su diagnóstico y tratamiento
- 1) El grado de distensión del estómago condiciona una disminución del apetito. De aquí, que las dietas adelgazantes sean voluminosas, es decir, ricas en verduras y fibra larga.
Las comidas ricas en grasa permanecen mucho más tiempo en el estómago y por tanto inhiben el apetito durante más horas.
El hambre en cambio desencadena contracciones gástricas que exacerban la sensación de apetito y que desaparecen comiendo.
- 2) Nivel glucostático: Cuando en el ayuno disminuye la tasa de glucosa en sangre se estimula el centro hipotalámico del hambre. Por el contrario, cuando comemos abundantemente, aumenta la glucemia y se estimula el centro de la saciedad.
- 3) Hormonas: En muchos obesos —sobre todo en los que tienen antecedentes familiares de diabetes— podemos constatar un aumento de insulina en sangre por respuesta exagerada del páncreas en el ayuno, que estimularía vigorosamente el centro del hambre.
Años atrás se utilizaba la cura de insulina para aumentar el apetito en los delgados que deseaban engordar.
El reciente hallazgo de receptores de insulina en el hipotálamo apoya la hipótesis del factor insulínico en la regulación directa del apetito-saciedad.
Actualmente se investiga sobre la participación de las prostaglandinas en la regulación de la obesidad.
Este centro del hambre se vería también estimulado por los ácidos grasos libres que se incrementan en las horas de ayuno.
- 4) Teoría termostática: Apoyada en que la sangre que irriga los centros del hambre y saciedad activaría éste cuando aumenta la temperatura después de comer.
- 5) Impulsos sensoriales: Olfatorios, gustativos, visuales y táctiles que actuarían como aperitivos.
Los aperitivos aumentan el apetito en los obesos y suelen disminuirlo en los delgados poco comedores.