Si está preparándose para dormir es muy conveniente que lo haga lo mejor posible. Los consejos y medidas para lograrlo son muchos, y aunque varíen de unas personas a otras según la mayor o dificultad que encuentran en el dormir, sirven para casi todo el mundo.
Preparándose para dormir, elige un buen lugar para mantener el ritmo del sueño
En primer lugar se debe respetar el ritmo del sueño. Ya se ha visto por qué. Lo mejor es acostarse y levantarse a unas horas similares y no partir el sueño en pequeñas siestas o cabezadas. Nada peor para dormir bien por la noche que echar una cabezadita unas horas antes de acostarse porque se ha perdido el primer sueño.
Es frecuente en algunas personas mantener una especie de ceremonial al ir a acostarse. El rito abarca desde las horas de hacerlo hasta el modo de doblar la ropa después de desnudarse. Unos acostumbran a pasar por el cuarto de baño y realizar un aseo determinado, otros dan un paseo corto antes de irse a la cama y otros leen la prensa u otras cosas antes de apagar la luz. Romperlo puede ser un motivo para que el sueño llegue más tarde. Por tanto es beneficioso seguirlo religiosamente todo lo idéntico que se pueda.
Hacer del ambiente algo agradable para el cuerpo y la mente es lo más útil que podemos hacer con menor esfuerzo. Cerrar bien las cortinas o las persianas para evitar que la luz del día nos despierte demasiado temprano es una buena medida para quienes son sensibles a la luz. También pueden usarse unas gafas de tela oscura en casos extremos y hay quien se tapa hasta arriba para dormir en completa oscuridad.
El ruido es algo más difícil de controlar, pero también puede amortiguarse tapándose los oídos. Es muy inteligente el cuidar el grifo que va a gotear o de la persiana que se va a mover con el viento antes de acostarnos porque luego, una vez en la cama o dormidos, son un engorro capaz de ahuyentar nuestro sueño.
Es oportuno cuidar de que la habitación donde dormimos tenga una buena oxigenación y su atmósfera no esté enrarecida porque influye negativamente sobre el ritmo respiratorio y el sueño. La temperatura ideal depende de cada persona, lo mismo que el dormir con la ventana abierta o cerrada. Lo menos indiferente es que haga mucho calor. Vale más una habitación fresca si estamos bien tapados que una demasiado caliente. Los colores de la habitación deben ser poco fuertes lo mismo que otros motivos de decoración y se ha de evitar la presencia de objetos o imágenes que puedan excitarnos al ir a dormir.
Todo el mundo conoce la agradable sensación de unas sábanas frescas y nuevas y todo el mundo sabe distinguir una cama cómoda de otra incómoda. Lo ideal es conseguir que esas sensaciones próximas sean lo más agradables posibles. La almohada no importa que sea alta o baja y depende de gustos el dormir con la cabeza más o menos alta.