Miocarditis

Concepto de Miocarditis.

Del mismo modo que en otras vísceras, en el corazón, mejor dicho, en el músculo cardíaco, pueden producirse dos tipos fundamentales de alteraciones:

  • Inflamaciones o «miocarditis», causadas por diversos gérmenes o sus toxinas.
  • Procesos degenerativos o «miocardios», causados por tóxicos o por falta de oxígeno: déficit de las arterias coronarias, o por ciertas alteraciones de las glándulas endocrinas.

Miocarditis agudas.

En el curso de diversas infecciones agudas, como la pulmonía, la gripe, la difteria, y sobre todo el reumatismo poliarticular agudo, los gérmenes pueden, a través de la sangre, llegar al músculo cardíaco donde se desarrollan. En los casos de la difteria y del reumatismo no son los propios gérmenes sino las toxinas que de ellos se desprenden, las que invaden el miocardio.

A consecuencia de la mencionada invasión, se producen lesiones en el corazón, y específicamente en la parte muscular del mismo, por las cuales aquél pierde su capacidad impulsiva. Su aspecto rosado se transforma en un color pálido, sin aspecto vital.

A menudo estas miocarditis, que complican la evolución de una enfermedad infecciosa, pasan inadvertidas por la sintomatología más acusada de esta enfermedad. A lo máximo el médico supone la citada complicación cardíaca cuando toma el pulso del enfermo, notando una debilidad del mismo. Confirma el diagnóstico por la auscultación y el electrocardiograma.

Tratamiento.

El tratamiento se orientará de acuerdo con las causas que hayan producido la alteración cardíaca. Así, será necesario administrar los antirreumáticos en el caso de esta enfermedad o la cloromicetina, en la tifoidea. Si aparece la insuficiencia cardíaca se la tratará según las normas que hemos indicado anteriormente, prefiriendo en las miocarditis la estrofantina a la digital, por el hecho de la agudez de la enfermedad y de la rapidez con que conviene actuar.

Miocarditis cronicas.

Reservamos este nombre para los casos de sujetos jóvenes que, tras haber sufrido una miocarditis aguda a causa de una difteria, gripe o tifoidea, persisten con un cuadro de inflamación crónica del miocardio. En los demás casos, es decir, en las personas de mucha edad, en vez de hablar de miocarditis es preferible emplear la palabra miocardosis, puesto que no se trata propiamente de unas alteraciones inflamatorias, sino de unas lesiones degenerativas.

Miocardosis.

La degeneración del miocardio o miocardosis se debe casi siempre a arteriosclerosis de las coronarias; y en menos ocasiones es la consecuencia de miocarditis crónicas o de anemias crónicas, en las cuales el músculo cardíaco degenera por falta de oxígeno.

Otro tipo de miocardosis son las que se producen como consecuencia de diversos tóxicos. Por ejemplo: en los obreros que trabajan en ambientes con un nivel elevado de óxido de carbono o de metales pesados (plomo, arsénico y mercurio), suelen alterarse al principio sus coronarias, y posteriormente se producen degeneraciones del músculo cardíaco.

Diversas enfermedades del metabolismo como, la diabetes o la gota y algunas enfermedades endocrinas, el mixedema, por ejemplo, pueden motivar también degeneraciones del músculo cardíaco.