La acupuntura no es una terapia del tipo hágalo usted mismo
En Estados Unidos, los acupuntores utilizan, por lo general, dos sistemas distintos. Los de la zona oeste del país siempre preguntan sobre el historial clínico, el programa del tratamiento actual, cualquier posible complicación o síntoma que uno está experimentando, y luego comienzan el tratamiento. Si acude a un médico acupuntor (un médico titulado con una formación en acupuntura), también le someterá a un reconocimiento físico.
El segundo sistema es el que siguen quienes han recibido formación en la práctica tradicional china. Estas personas invariablemente recaban una información que va más allá de la que recogen los acupuntores de la zona oeste. Examinan el aspecto global de la persona, principalmente los ojos, la piel, la cara y la lengua. Los chinos creen que la textura, el color y la forma de la lengua, por ejemplo, pueden revelar la presencia de trastornos en otras partes del cuerpo. También recaban información sobre los hábitos alimentarios y los problemas de eliminación, escuchan la voz, la respiración y la tos, y toman nota de cualquier tipo de olor bucal.
¿Qué se puede esperar de un acupuntor?
Muchos acupuntores tradicionales utilizan una técnica llamada diagnóstico por el pulso, que les permite identificar zonas del cuerpo que presentan un bloqueo o perturbación de la energía.
Para conseguirlo, toman el pulso de la arteria radial en la muñeca y, a partir de aquí, examinan nueve pulsos distintos que corresponden a diferentes partes del cuerpo. Los acupuntores que no han sido adiestrados en este método pueden emplear un instrumento denominado ryodoraku, que suministra una información semejante. El profesional le pedirá que sostenga un cilindro de metal en la palma de la mano. Entonces, empleará un utensilio parecido a un lápiz que va conectado a un aparato de monitorización, medirá el grado de dureza de determinados puntos situados a lo largo de los meridianos, tocando la piel con la punta del ryodoraku y examinando la lectura del aparato.