Proteínas en polvo para desayunar, para cenar…; éste es el menú de moda para todos los que quieren adelgazar o perder peso. Las proteínas en polvo se han multiplicado en los últimos años. En polvo, en sopa, en crema, al café, al chocolate; se venden en las farmacias sin receta. Su acción sobre la pérdida de peso es rápida (en dos semanas se pueden perder de seis a ocho kilos). Pero es necesario seguir fiel y estrictamente el siguiente régimen o dieta:
- Desayuno: té o café sin azúcar, un vaso o un sobre de proteínas según el producto elegido.
- Almuerzo: 100 g de charcutería con jugo de limón, proteínas, un café.
- Merienda: proteínas, té, un vaso de zumo de frutas.
- Cena: caldo de legumbres, proteínas y una manzana. Agua a voluntad: son recomendables dos litros por día.
Si sigues esta dieta para perder peso durante quince días puedes añadir una fruta al desayuno, a partir de la segunda semana, y hacer por la noche una cena casi normal (una parrillada de carne, huevos, o pescado, legumbres verdes, yogur o queso magro, fruta). Al acabar toma una infusión.
La opinión del médico sobre las proteínas en polvo.
No empezar este régimen sin haber consultado antes al médico con el fin de eliminar el riesgo de una contraindicación (paro cardíaco, afecciones renales, hepáticas…).
No excederse. Para obtener resultados rápidos a menudo se abusa de la fórmula de proteínas. Si hacemos una cura muy rápida tendremos el riesgo de provocar el efecto contrario al deseado. Además hace falta beber mucho ya que este régimen es acidificante, lo cual genera la eliminación de ciertos desechos (ácido úrico, uratos…).
En cambio, se puede aconsejar esta dieta a los que la menor comida (fiestas, celebraciones…) les engorda, y tienen dificultades para guardar la línea, o para los que no tienen tiempo de desayunar (mucho mejor que un sandwich).
Un inconveniente: este régimen no tiene una buena alimentación. Y otro, hace falta tener cierto coraje para absorber estos polvos poco apetitosos.