La patogenia de la hipercetonemia en la diabetes se debe fundamentalmente a tres circunstancias metabólicas:
- A Aceleración de la lipolisis.
- B Aumento de la beta-oxidación de los ácidos grasos.
- C Incremento de la lipogénesis.
- D Hipoxia tisular.
- E Disminución de la utilización de los “cuerpos cetónicos” por el músculo.
A, B y E. Aceleración de la lipolisis; aumento de la betaoxidación de los ácidos grasos; disminución de la utilización de los “cuerpos cetónicos” por el músculo.
La acumulación de “cuerpos cetónicos” es una consecuencia de tres diferentes eventos metabólicos:
La hipoinsulinemia se traduce por una lipolisis aumentada en el tejido adiposo con la liberación de ácidos grasos (NEFA). Existe un aumento de la betaoxidación de los ácidos grasos hasta “cuerpos cetónicos” como resultado de la activación de la acil-carnitin-transferasa. Este enzima es estimulado por el aumento de los niveles de carnitina y los niveles disminuidos de malonil-CoA en el hígado del diabético. Una elevación en la concentración de glucagón, así como también la falta de insulina, aceleran marcadamente la capacidad cetogénica del hígado. Se sabe que la hiperglucagonemia incrementa el nivel de carnitina, disminuye la concentración de la malonil-CoA y aumenta la actividad de la acil-carnitin-transferasa más allá de la atribuíble a la deficiencia de insulina, solamente.
Además de una producción aumentada de “cuerpos cetónicos”, la hipercetonemia en la diabetes es una consecuencia de una reducida utilización de tales “cetoácidos” por el músculo.
Cada uno de estos tres eventos metabólicos es reversible por la acción de la insulina.