El ser humano realiza sus movimientos conscientes y voluntarios gracias a las funciones desarrolladas por el sistema llamado piramidal, que nace en la corteza cerebral y termina en los distintos puntos periféricos del organismo.
Pero en su cerebro, en una zona localizada del mismo, existe un centro —que recibe el nombre de sistema extrapiramidal— capaz de producir determinados movimientos involuntarios e inconscientes.
Normalmente el sistema extrapiramidal realiza una función reguladora de los movimientos voluntarios conscientes, con los cuales se sincroniza de un modo inconsciente, interviniendo en el tono muscular y en la correlación armónica de la actividad de los músculos del tronco y de las extremidades.
Sin embargo, cuando se producen lesiones en el sistema extrapiramidal pueden surgir una serie de enfermedades que en conjunto —por el hecho de producir movimientos patológicos— reciben el nombre de disquinesias (del griego “dis” = alteración; “kinesis” = movimiento).
Todas estas enfermedades se caracterizan por tener perturbados el tono muscular y la coordinación de los movimientos. En cambio, a diferencia de las lesiones de las vías piramidales, no padecen los pacientes: ni parálisis, ni espasmos, ni presentan el llamado fenómeno del dedo del pie de Babinski.
El signo de este autor se explora estimulando la planta del pie: los individuos normales, ante tal estímulo, reaccionan flexionando todos los dedos hacia la planta, mientras que los que sufren una afección de la vía piramidal reaccionan con elevación dorsal del dedo gordo.
Los enfermos de la vía extrapiramidal no presentan dicha reacción, y tampoco presentan trastornos de la sensibilidad.
Dentro del grupo de las enfermedades extrapiramidales describiremos :
Primero: la atetosis; segundo: coreas; tercero: degeneración hepatolenticular de Wilson; cuarto: parálisis agitante. (Aquí sólo describiremos la primera, ya que las demás son descritas donde corresponda, según la clasificación alfabética que hemos adoptado.)
Cuadro clínico de la atetosis.
Los enfermos atetósicos realizan una serie de movimientos involuntarios combinados, especialmente de extensión de los dedos de la mano con flexión lenta de la misma y del antebrazo. Es un movimiento que se ha comparado al del desplazamiento de los reptiles.
También puede esta enfermedad manifestarse por extensión y separación de los dedos moviendo las palmas de las manos hacia arriba : movimientos que han sido comparados a los de los tentáculos de un pulpo.