La falta o disminución importante en la dieta de vitamina A causa una serie de alteraciones en la piel y en las mucosas, de ahí la denominación de esta vitamina como “protectora de los epitelios”.
Un síntoma importante que produce la ausencia de dicha vitamina es la ceguera nocturna o hemeralopía, debida a que para formarle la púrpura retiniana necesaria para la visión nocturna es preciso que ingrese en la dieta de todo individuo una suficiente cantidad de vitamina A.
Como hecho curioso recordemos que en Norteamérica se registraban numerosísimos accidentes de tránsito en las horas del crepúsculo en los camiones para transportes a largas distancias. Estudiado el motivo, se comprobó que muchos de los conductores de tales vehículos ingresaban una cantidad insuficiente de vitamina A en sus comidas.
Bastó recomendarles un plus diario de leche para que disminuyese ostensiblemente el porcentaje de tales accidentes. Aparte de la leche, el aceite de hígado de bacalo y las zanahorias contienen gran cantidad de la mencionada vitamina.