Fiebre Pappataci

Enfermedad producida por un virus desconocido y propa­gada por una mosca muy pequeña que mide unos dos milí­metros, que se convierte en contagiosa a los ocho días de ha­ber picado a un individuo enfermo. Clínicamente no difiere mucho del dengue, que ya hemos descrito.

Causas de la fiebre pappataci

Se discute mucho sobre cuál pueda ser la causa de la fiebre reumática. Algunos suponen que es el estreptoco­co hemolítico el agente productor. Sin embargo, hoy en día se piensa que este germen actúa colaborando con un virus carac­terístico y en organismos que ya tienen una predisposición de­terminada: predisposición alérgica individual.

Cuadro clínico de la fiebre pappataci

La dolencia se denomina también reumatismo poliarticular agudo, por ser las articulaciones el punto de ataque más específico.

En los casos más típicos suele comenzar por sudores in­tensos, dolores en las articulaciones y fiebre. En otras circuns­tancias las articulaciones no son afectadas y, en cambio, resul­ta muy lesionado el corazón. Se ha dicho que esta enfermedad «lame las articulaciones y muerde el corazón».

Los dolores articulares afectan al principio las grandes ar­ticulaciones de la rodilla, cadera, tobillo, muñecas y especial­mente aquéllas que, según sea la profesión del paciente, son más utilizadas por él. En fases avanzadas quedan más afec­tadas las pequeñas articulaciones de la muñeca, del pie o de los dedos de ambas extremidades.

Es propio de esta afección que los dolores «salten» de unas articulaciones a otras a medida que progresa la enfermedad y también que dichos dolores sean fugaces y duren poco tiempo.

La fiebre no suele ser muy alta, es más bien moderada. La sudoración, intensa, de olor ácido. En cuanto a los trastornos del aparató circulatorio, unas veces adquieren tal importancia que son las alteraciones más significativas; en ocasiones, son tan frecuentes las lesiones cardíacas en este reumatismo agu­do, que se establece la norma de que «ante un adolescente que padezca del corazón deberemos sospechar siempre que padece fiebre reumática», que en dicho caso recibe el nombre de reu­matismo cardíaco.

Una complicación frecuente es la afectación del sistema nervioso que se traduce por el llamado mal de San Vito o corea menor, caracterizado por contracciones rítmicas en las extremidades y en la cara, con muecas y visajes. Toda excitación psíquica aumenta la inquietud motriz del enfermo.

Tratamiento de la fiebre pappataci

La afección es de tipo crónico y evolu­ciona por brotes agudos durante los cuales se incrementan los síntomas dolorosos. En estas fases de agudización, el enfermo necesita sobre todo reposo en cama, colocando las articulacio­nes en buena posición, si es preciso ayudándose con férulas enyesadas bien almohadilladas con algodón. Posteriormente, cuando los dolores van cediendo, se intentará movilizar las articulaciones progresivamente. Salvo que haya afección car­díaca, se les permitirá la marcha cuando no duelan las arti­culaciones.

La habitación del enfermo debe estar templada. La limpie­za de la cama deberá cuidarse mucho. Y el régimen alimenticio será lo más variado posible y rico en vitaminas e hidratos de carbono, con un suplemento de lipoides (una yema de huevo diaria), puesto que se ha demostrado que dichas substancias destruyen las toxinas del estreptococo.

En cuanto al tratamiento medicamentoso se apoyará, pri­mero, en un tratamiento antirreumático a base de salicilatos, pirazolonas, prednisonas y prednisolonas; segundo, en un tra­tamiento antibiótico con penicilina a grandes dosis, y tercero, un tratamiento tónico general a base de extractos de hierro, de hígado y prepados vitamínicos.