¿Qué es o cómo curar la ictericia?
La ictericia no es una enfermedad, sino un síntoma que se caracteriza clínicamente por la coloración de la piel, mucosas y tejidos, por los pigmentos de la bilis.
Existen numerosas causas que pueden producir ictericia, aceptándose usualmente tres grandes grupos: hemolíticas, hepáticas y por obstrucción de las vías biliares.
¿Cómo curar la Ictericia hemolítica?
Se debe a una destrucción excesiva de los glóbulos rojos de la sangre, que se origina por diferentes causas: tóxicos, infecciones, anemias. También puede ser una condición congénita : anemia hemolítica hereditaria, anemia del Mediterráneo, hemoglobina paroxística nocturna.
O ser debida a venenos de serpientes, enfermedades infecciosas: paludismo, septicemia estafilocócica. Algunos tóxicos como el plomo, el benceno y las anilinas suelen producirla. Y asimismo enfermedades de la sangre como la leucemia o las púrpuras.
Clínicamente da lugar a un aumento de tamaño del hígado y del bazo, aparte de la ictericia, que será caracterizada por análisis complementarios de sangre.
¿Cómo curar la Icterica hepática?
Son ictericias debidas a enfermedades de las células del hígado, las cuales resultan incapaces para eliminar la bilis, como normalmente hacen hacia el intestino, con lo cual aquélla queda retenida y pasa a la sangre distribuyéndose por todo el cuerpo. Dentro de este grupo, la forma más leve está representada por algunos individuos con hígado constitucionalmente débil: se trata de personas que hacen vida normal y que presentan un color aceitunado en su cara, lo cual traduce la Insuficiencia constitucional del hígado.
Enfermedades infecciosas como el tifus, el paludismo y la fiebre amarilla o la espiroquetosis icterohemorrágica, así como diversos tóxicos, cloroformo, éter; y algunos medicamentos: salvarsán, sulfamidas, fósforo, arsénico, bromo y el alcoholismo agudo pueden a su vez lesionar las células hepáticas y determinar este tipo de ictericias. Igualmente se observa en enfermedades propias del hígado, como: el cáncer, la sífilis, la tuberculosis y sobre todo las cirrosis.
Icterias por obstrucción de la vías biliares.
Cuando existe un obstáculo al paso de la bilis impidiendo que pueda llegar al intestino, se produce un remanso de aquélla, que se vierte en la sangre originando este tipo de ictericias. El obstáculo podrá residir fuera, en e¡ interior o en las paredes mismas de las vías biliares, y así, todos los tumores próximos, las inflamaciones vecinas, los cálculos biliares o la obstrucción biliar por parásitos es fácil que determinen estas ictericias.
Diagnostico
Frente a cualquier tipo de ictericia se ha de empezar por el diagnóstico diferencial entre estas distintas formas. El objetivo consiste en decidir si el tratamiento, para eliminar la ictericia, ha de ser conservador u operatorio. A este respecto se admitía, en épocas anteriores, el siguiente principio: toda ictericia que dure más de seis semanas es tributaria de tratamiento quirúrgico.
Según los conocimientos actuales, dicho principio es erróneo, por cuanto en una ictericia hepática no existe indicación alguna para intervenir ni siquiera tras seis semanas de evolución; mientras que en la ictericia por obstrucción biliar debe procederse mucho más pronto a la indicación operatoria, con el fin de evitar lesiones secundarias de la glándula hepática. Los modernos análisis del suero sanguíneo han demostrado que la lesión de las células del hígado, por ictericia obstructiva o mecánica, es mucho más frecuente y precoz de lo que se venía admitiendo.
En consecuencia, aparte de los métodos exploratorios de las vías biliares se ha de recurrir a las modernas técnicas de diagnóstico funcional del hígado. En este sentido ofrecemos un breve resumen que permite valorar las distintas pruebas que nos precisarán los indicios de la alteración funcional del hígado.
Tratamiento para curar las icterias
En el tratamiento de cualquier ictericia lo fundamental es el tratamiento de la causa que la produjo. Por lo tanto, será preciso corregir la anemia y combatirla en el caso de la ictericia hemolítica. La extirpación del bazo consigue compensar a casi todos los pacientes con ictericia hemolítica constitucional. En las ictericias de origen hepático necesariamente habrá que suprimir las causas tóxicas o combatir las causas infecciosas.
En las ictericias obstructivas la intervención quirúrgica será imprescindible para suprimir el obstáculo.
Ahora tan sólo queremos insistir en las normas de terapéutica general para cualquier tipo de ictericia. El ictérico, ante todo, hará reposo en cama y estara sometido a un régimen alimenticio de protección que será lo más escaso posible en grasas, pero rico en hidratos de carbono (azúcares, mermeladas, féculas y frutas).
Contra los trastornos dispépticos es útil administrar diariamente un poco de agua de Carabaña o de agua de Caldas de Malavella. El tratamiento de protección de las células hepáticas ha de ser a base de inyecciones de suero glucosado, metionina, extractos de hígado, insulina.
Son útiles las lavativas con infusión de manzanilla tibia y en todos los casos han de utilizarse vitaminas del complejo B, C y K. En las ictericias más severas, el tratamiento se complementará administrando cortisona y A.C.T.H.
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