Concepto de tumores cerebelosos.
En un sentido amplio, la palabra tumor puede considerarse sinónima de abultamiento patológico. En tal caso podrán establecerse tres modalidades distintas de tumoraciones :
- Granulomas inflamatorios, entre los cuales pueden hallarse los tubérculos (en la localización cerebelosa de la tuberculosis) y los gomas (en la localización cerebelosa de la sífilis ).
- Dentro de las neoplasias, es decir, los tumores propiamente dichos, hemos de señalar como más frecuentes en el cerebelo los gliomas y los endoteliomas (éstos son los tumores más corrientes del cerebelo).
- También en el cerebelo pueden localizarse una serie de enfermedades qufsticas: la cisticercosis, los quistes consecutivos a la degeneración tumoral y los quistes hida-tídicos.
Cuadro clínico.
Los síntomas de la enfermedad podemos agruparlos en tres apartados.
Síntomas generales de los tumores cerebelosos.
Se muestran precozmente con un aspecto de gravedad. Consisten, sobre todo, en dolor de cabeza localizado principalmente en la nuca, vómitos y alteraciones del nervio óptico.
Síntomas cerebelosos.
Entre ellos destacan: la flaccidez de los músculos y la fatiga acusada. La marcha o deambulación del cerebeloso es también muy sintomática, se trata de una ataxia debido a la cual el enfermo anda de modo titubeante. Una modalidad de la mencionada ataxia se manifiesta por la amplitud exagerada de los movimientos del enfermo, que son excesivos para sus fines. Se explora el paciente haciendo que pretenda tocar con la punta del dedo la punta de su nariz manteniendo los ojos cerrados. En caso de que la dolencia sea clara se advierte que el enfermo toca el ojo o la oreja sin poder localizar bien su nariz.
También se procederá a examinar al enfermo, haciendo que se mantenga echado y que entonces pretenda tocar con el talón de una pierna la rodilla de la otra: se observará cómo toca el muslo o la pierna, sin poder precisar.
Otros sintomas.
Otro síntoma de los mencionados enfermos es la dificultad de asociar automáticamente los distintos movimientos que concurren a un mismo fin: así, fijémonos que cuando un individuo normal puesto en pie es violentamente tirado hacia atrás, sus piernas se flexionan automáticamente como defensa para no caerse, y, por el contrario, el sujeto cerebeloso no reacciona, ni dobla las piernas, cae de espaldas muy fácilmente.
Al bajar la escalera el cerebeloso inclina automáticamente el tronco hacia delante y desciende torpemente. Otro síntoma de dichos pacientes en la llamada adíadococinesia, o sea, la dificultad de realizar rápidamente movimientos alternantes. Por ejemplo: girar rápidamente las dos manos elevadas en actitud del que maniobra los muñecos de guiñol.
La pérdida del tono muscular se manifiesta al practicar los movimientos pasivos, ya que al sacudir el brazo del enfermo éite lo deja mover pasivamente, como si fuese un pelele. Algunas veces no hay hipertonía muscular. Otro síntoma consiste en movimientos rítmicos de los globos oculares (nístaqmo). También es muy propio de los cerebelosos el temblor fino y rápido. Puede manifestarse estando el paciente en reposo ; o puede advertirse tan sólo en el momento de iniciar un movimiento (temblor intencional).
En el cuadro de los aludidos enfermos no hay alteraciones de la sensibilidad, de los esfínteres, ni alteraciones mentales.
Síntomas dependientes de la compresión tumoral. Con frecuencia son poco marcados. Pueden presentar diverso aspecto clínico, según cuáles sean la localización del tumor y las zonas comprimidas.