Colapso

Con la palabra colapso, que deriva del latín “collapsus”, que significa caída, se incluyen todos los estados de insuficiencia aguda circulatoria con caída súbita de la presión arterial por debajo de las cifras mínimas (menos de 8 la presión sistòlica y menos de 5 la diastólica).

Causas del colapso.

El colapso surge por un hecho fundamental : el fracaso en el funcionamiento de los nervios que regulan las funciones arteriales (vasomotores). Esto produce un descenso de la presión arterial por estancamiento de la sangre, sobre todo en los vasos del abdomen. Así como éstos están repletos de sangre estacionada, los vasos periféricos, es decir, los de la piel, están casi exangües, lo cual se traduce, en los individuos colapsados, por una palidez manifiesta, no sólo de su semblante, sino de todo el cuerpo. Si la evolución de este proceso es desfavorable, disminuye mucho la cantidad de sangre que llega al corazón y como consecuencia todavía aumenta más el descenso de la presión arterial, con lo cual los centros nerviosos superiores no reciben el mínimo necesario para su función y control, sobreviniendo por tal motivo la pérdida del conocimiento. A consecuencia de la poca cantidad de sangre que llega al corazón disminuyen las dimensiones de éste y ello causa, como hecho secundario, una debilidad cardíaca que puede determinar la muerte.

Así, pues, la parálisis del corazón en el colapso, es consecutiva al fracaso de las funciones vasculares.

Formas clinicas.

  1. El síncope es una forma de colapso benigna que se produce por estimulaciones dolorosas intensas o excitaciones psíquicas (emociones).
  2. La lipotimia es una forma leve del síncope, que se manifiesta clínicamente por un desmayo de poca duración, generalmente producido por las mismas causas que pueden provocar el síncope, entre las que destacan sobre todo la larga permanencia del individuo en posición de pie bajo los efectos del calor o bien los desmayos que sufre una persona al estar echada y levantarse bruscamente, con lo cual la sangre huye de los centros cerebrales y se desplaza hacia zonas inferiores.
  3. El «shock» sería un coleoso de origen traumático: se ocasiona esta insuficiencia circulatoria periférica aguda, en individuos que han sufrido heridas, quemaduras, congelaciones y especialmente accidentes con características de catástrofe (automovilísticos, aéreos, ferroviarios).

Cuadro clinico.

El paciente colapsado presenta unas características clínicas muy típicas. Su aspecto acusa una apariencia de gravedad (si bien en algunos casos es solamente temporal), ya que se muestra sumamente pálido, con un pulso rapidísimo y de baja tensión, el sudor frío empapa la piel y el paciente muestra los ojos hundidos, con la mirada vaga perdida en lontananza. La postración psíquica es manifiesta y en muchos casos incluso hay pérdida del conocimiento.

Tratamiento del colapso.

Urge en tales casos avisar al médico, el cual pondrá en práctica —después de haber trasladado al paciente a una clínica— todos los tratamientos conocidos como «métodos de resucitación», aunque resulte exagerada la palabra.
Cuando el colapso se ha producido en la calle o en el hogar del paciente, el profano podrá hacer algo en favor de él, además de avisar al facultativo. Es preciso ante todo calentarlo, puesto que el calor dilata los vasos de la piel, lo que, a modo de reflejo, produce un estrechamiento de los vasos intraabdoininales, obteniéndose así efectos anticolapsantes.

También es eficaz darle a inhalar anhídrico carbónico, que se cons:gue bien sea por el método llamado de boca a boca (directamente se sopla dentro de la boca del enfermo) o bien haciéndole respirar los gases de un sifón invertido.

Desde el punto de vista medicamentoso, el facultativo echará mano de los analépticos circulatorios (coramina, cardiazol), los estimulantes del centro respiratorio (lobelina), y para remontar la tensión arterial será útil administrarle sueros o mejor aún transfusiones de plasma sanguíneo, junto con aminas presoras (fenilefrina, noradrenalina) y mezclas líticas (clorpromacina-fenotiacina-petldina), que tienen Interés porque luchan contra la huida de potasio de las células, cortan los reflejos neurovegetativos perjudiciales y disminuyen la permeabilidad capilar.