Biofeedback aplicado a la diabetes

El biofeedback constituye uno de los mejores ejemplos de técnicas que abren las puertas de la comunicación entre la mente y el cuerpo.

Con frecuencia se utiliza conjuntamente con la visualización u otros métodos de relajación como medio para alcanzar un alivio global del estrés y la tensión muscular, mejorar la circulación de la sangre, hacer disminuir la presión arterial y los niveles de glucosa en sangre, y calmar el dolor.

Cómo se utiliza el biofeedback.

Todos nosotros recibimos cada día biofeedback del cuerpo: sentimos hambre si hace rato que no comemos o cuando estamos en tensión, los músculos se tensan. Estos son tipos de biofeedback que identificamos con facilidad. El uso de un aparato de biofeedback le permite tomar conciencia de la retroalimentación que se produce en un nivel más sutil, y utilizar luego ese conocimiento para controlar las funciones que desee responsabilizarse más de su salud.

Para conectar con las señales sutiles que transmite su cuerpo, puede usar un aparato de monitorización electrónico de biofeedback, que determinará lo que le ocurre a su cuerpo a nivel fisiológico (bio) y le informará sobre esa respuesta o reacción (feedback) mediante algún tipo de señal (pitidos, luces intermitentes o una aguja que va oscilando en una pantalla). Este aparato cuenta siempre con electrodos conectados que se colocan en la piel, encima de los músculos. Estos electrodos detectan las reacciones de su cuerpo y transmiten dichas reacciones a la máquina de biofeedback, que procede entonces a informarle sobre distintas constantes del organismo, como tensión muscular, frecuencia cardíaca, temperatura de la piel, presión arterial y ondas cerebrales.

El biofeedback aplicado a la diabetes.

Puede utilizar el biofeedback para tratar varios problemas relacionados con la diabetes. Actualmente, lo usan con buenos resultados los diabéticos que quieren mejorar la circulación en las piernas y en los pies. Así, por ejemplo, en la Universidad de La Crosse (Wisconsin), cuarenta personas utilizaron como relajación la técnica que ellas mismas escogieron, y después aprendieron a usar el biofeedback para intensificar el torrente sanguíneo en los dedos de los pies. A partir de entonces, diabéticos de todas partes de Estados Unidos emplean la misma técnica y obtienen buenos resultados.

Cuando alguien que padece diabetes utiliza el biofeedback para disminuir el estrés, aumenta su capacidad para hacer frente a situaciones de mucha tensión, disminuyen sus niveles de glucosa en sangre, así como los síntomas relacionados con el estrés (como dolor de cabeza, tensión muscular y trastornos gástricos). También se puede utilizar el biofeedback para controlar de manera eficaz la presión arterial.

Aunque puede aprender biofeedback en su hogar empleando aparatos caseros y los manuales adjuntos, es recomendable que primero asista a varios tratamientos o sesiones de formación en biofeedback, para poder así aprender de primera mano los distintos pasos. Después de contar con la ayuda inicial de un terapeuta en biofeedback, tal vez podría decidir comprarse una máquina de retroalimentación para uso personal. Muchas personas que aprenden retroalimentación acaban logrando los objetivos deseados sin necesidad de usar la máquina.

Para conseguir buenos resultados con el biofeedback es preciso que practique regularmente, incluso diariamente, en función de lo que espera lograr. Si es perseverante, es muy posible que consiga buenos resultados. Complemente el biofeedback con otras formas de terapia de relajación, como la terapia respiratoria, la visualización o la meditación, y las posibilidades de mejoría serán muy altas.

Cómo escoger un terapeuta de biofeedback.

  • Hable con personas tituladas que ejerzan su profesión libremente o que trabajen bajo la supervisión de un profesional titulado. La mayoría de los terapeutas en biofeedback son también psicólogos, médicos y otros profesionales de la salud.
  • Pregunte a los terapeutas si tienen experiencia profesional con personas que padezcan diabetes. Es conveniente que encuentre a alguien que esté familiarizado con esta enfermedad y sus complicaciones.
  • Asegúrese de que se siente a gusto con su terapeuta. Si la persona en cuestión no responde satisfactoriamente a sus preguntas o no le presta suficiente atención, búsquese otro profesional. Una mala relación con el terapeuta no hará más que incrementar su nivel de estrés.