Tipos de tuberculosis
Repasando conceptos y recordando lo dicho al estudiar la tuberculosis en general, señalamos que la tuberculosis pulmonar puede dividirse en dos grandes grupos:
- Tuberculosis pulmonar aguda, dentro de la cual podemos considerar tres formas:
- Pulmonía tuberculosa.
- Bronconeumonía tuberculosa: tisis galopante.
- Tuberculosis miliar generalizada de predominio pulmonar: granulia pulmonar.
- Tuberculosis pulmonar crónica:
- Tuberculosis pulmonar fibrocaseosa, propia del adulto.
- Tuberculosis fibrosa.
No insistiremos en los detalles que ya quedan descritos en otro lugar. Aquí queremos mencionar algunos aspectos referentes al tratamiento de la tuberculosis pulmonar, para lo cual seguimos las normas que Kipfer, de Berna, nos da de un trabajo que publicó en la revista suiza de medicina «Praxis».
Tratamiento de la tuberculosis
Ante todo hemos de considerar que el tratamiento actual de la tuberculosis ha cambiado radicalmente con referencia al pasado, puesto que si bien continúan viger.:es las normas de que los enfermos con tuberculosis abierta —o sea, aquéllos que eliminan bacilos por sus esputos— deben ser internados en sanatorios, en cambio muchos de los casos que antiguamente se internaban podrán ser, en la actualidad, tratados en sus propios domicilios, es decir, ambulatoriamente.
Los medicamentos que podemos considerar como más efectivos para el tratamiento ambulatorio son: la isoniazida (Rimifón Roche), a razón de un comprimido de cien miligramos tres veces al día, antes de las comidas, durante seis días a la semana; los preparados a base de P.A.S.I (Pas cálcico Wander), que se administrarán después de las comidas, a la dosis de cuatro comprimidos de un gramo por día ; y las tiosemicarbazonas (Contebén Bayer), a dosis progresivas, comenzando por un comprimido de veinticinco miligramos al día durante la primera semana y después aumentarlo progresivamente hasta cincuenta o setenta y cinco miligramos por día.
Todos estos medicamentos habrán de emplearse en forma asociada por lo menos dos de ellos ( algunos laboratorios : Wander y Geiger, poseen preparados con las asociaciones hechas ).
En cuanto al uso de la estreptomicina, como es el medicamento fundamental, deberá reservarse para las formas graves de tuberculosis y para los casos en que se produzcan reactivaciones, ya que de emplearla de un modo innecesario podrían producirse resistencias que impedirían su eficacia en los momentos de mayor necesidad.
Claro está que todos estos detalles incumben al médico, que en colaboración con el fisiólogo establecerá las pautas definitivas. Sólo hemos querido insistir en ello porque ésta es una enfermedad en la que el paciente ha de conocer la importancia que tiene su colaboración con su médico para conseguir la curación. Las dosificaciones deberán ser observadas al pie de la letra por el paciente ambulatorio, puesto que en las épocas de internamiento sanatorial, las dosis y el momento de administrar los medicamentos son rigurosamente observados, mientras que el enfermo ambulatorio está a merced de su propia voluntad y sólo inculcándole la necesidad de seguir rigurosamente estos tratamientos podrán obtenerse buenos resultados.
Insistiremos también en la necesidad de que estos pacientes se sometan a revisiones periódicas según la pauta siguiente:
- Cada mes el paciente se someterá a una exploración radioscópica del pulmón. Un análisis de sangre para determinar la velocidad de sedimentación. Y un análisis de esputos.
- Cada seis meses se hará una radiografía o si se sospecha la presencia de una caverna, una tomografía. Si el análisis de esputo resulta negativo, se efectuarán cultivos de jugo gástrico.
- Toda tuberculosis pulmonar exigirá,a pesar de su curación clínica y baciloscópica, una vigilancia médica durante un mínimo de cinco años.