Entre las hormonas placentarias que se citan dos de ellas no intervienen en el metabolismo hidrocarbonado de la embarazada:
A – Lactógeno placentario.
B – Tirotropina coriónica.
C – Gonadotropina coriónica.
D – Progesterona.
E – Estrógenos.
B y C. Tirotropina y gonadotropina coriónicas.
El lactógeno placentario es sintetizado por el sincitiotrofoblasto. Se trata de un polipéptido de aminoácidos que se libera a la circulación materna hacia la séptima semana de gestación. Su papel es fundamental en el antagonismo insulínico que aparece en la segunda mitad del embarazo.
La progesterona posee un efecto pancreático betacitotrópico favoreciendo la secreción insulínica. Asimismo, reduce el número de receptores periféricos para la insulina, por lo que disminuye la utilización tisular de glucosa, siendo su acción global hiperglucemiante.
Los estrógenos placentarios son insulinosecretores, reducen la liberación hepática de glucosa y favorecen su utilización periférica. Curiosamente, los estrógenos sintéticos (mestranol, dietilestibestrol, etc.) administrados por vía oral presentan cierta acción “diabetògena”.
La gonadotropina coriónica es una hormona sintetizada por el sincitiotrofoblasto, cuya acción fundamental es mantener la actividad del cuerpo lúteo durante las primeras nueve semanas de la gestación, no ejerciendo una acción definida sobre el metabolismo de los carbohidratos.
Por último, la tirotropina coriónica muestra cierta actividad TSH, pero que no interviene sobre el metabolismo glucídico.