Los centenares de miles de tubos uriníferos originados en los glomérulos van confluyendo en colectores cada vez mayores hasta que, al fin, los más grandes desembocan en una dilatación que recibe el nombre de pelvis del riñón la cual se continúa por bajo con el uréter.
A las inflamaciones de la pelvis renal se les da el nombre de pielitis.
Causas de la pielitris
Un grupo de pielitis se producen por un mecanismo ascendente cuando hay algún obstáculo a la evacuación de la orina en las vías urinarias inferiores, lo cual provoca estancamiento de la orina y ello facilita la proliferación de las bacterias, que ascienden por el uréter, pudiendo dar lugar a pielitis. Así, por ejemplo, sucede en los prostéticos o en los que padecen estrecheces uretrales y en los que padecen de piedras en la vejiga o en los uréteres.
Lo mismo les sucede a los que sufren de parálisis en la vejiga urinaria como consecuencia de afecciones medulares: al tener dificultad en la evacuación de la vejiga se estaciona la orina con posibilidad de provocar pielitis ascendentes. Las mujeres embarazadas, al oponer un obstáculo debido al útero gestante a la evacuación de la orina, pueden sufrir esta complicación. .
Otro grupo de pielitis son producidas por mecanismo descendente como consecuencia de gérmenes que por vía sanguínea llegan al riñón, ocasionando a veces pielitis o, lo que es más frecuente, pielonefritís, puesto que también participa en la inflamación el riñón.
En el curso de enfermedades infecciosas graves y en particular del tifus y de la viruela, es posible que se produzca pielonefritis.
En forma especial la pielitis es debida al colibacilo, en re lación probable con el estreñimiento crónico, y afectando preferentemente al sexo femenino.
Diagnóstico de la pielitris
Con frecuencia el diagnóstico de pielitis es difícil. En las formas ascendentes, porque suele iniciarse ya por síntomas de cistitis y como síntomas propios puede añadirse un dolor en la región de los riñones, aumento de la fiebre; y en los estadios finales, síntomas de nefritis por asociarse con frecuencia la inflamación del riñón produciéndose así pielo- nefritis.
En las formas debidas al colibacilo se hallan, al analizar la orina, gran cantidad de estos gérmenes casi en cultivo puro. Los síntomas generales son los de una enfermedad infecciosa grave que hace pensar en muchos casos en una tifoidea o en una septicemia.
Tratamiento de la pielitis
Reposo en cama mientras dura la fiebre, alimentación suave no irritante, como indicábamos en la nefritis, aplicación de calor en la región de los riñones: esterilla eléctrica o mejor todavía diatermia.
Antisépticos urinarios (urotropina, piridium, ácido mandélico). Resulta bastante eficaz en tales casos y en general en todos los procesos con infecciones en las vías urinarias, el régimen ácido-alcalino, llamado también dieta pendular o alternante.
Se emplea en período de cuatro días de régimen ácido reduciendo la ingestión de líquido para concentrar al máximo la orina y administrando un preparado ácido: limonada fosfórica o 20 gotas de clorhídrico 4 veces al día. Después de 4 días con este régimen se hace durante 4 días un régimen alcalino bebiendo gran cantidad de líquido y administrando una cuchara- dita de bicarbonato sódico 5 veces al día. Con esta dieta alternante ácidoalcalina se promueve un ambiente desfavorable para el desarrollo de los gérmenes.
Contra las formas debidas al colibacilo se administrará estreptomicina. En las formas rebeldes, la operación quirúrgica hará desaparecer el obstáculo urinario que motiva la infección.
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