El papel del estrés y de las emociones en la diabetes

El doctor Deepack Chopra, autor de varios libros sobre el tema, explica la relación entre mente/emoción y cuerpo del siguiente modo: La mente y el cuerpo son inseparables… Una emoción básica como el miedo se puede describir como un sentimiento abstracto o como una molécula tangible de la hormona de la adrenalina. Sin el sentimiento no hay hormona, sin la hormona no hay sentimiento. En este artículo estudiamos el papel del estrés y de las emociones en la diabetes.

El papel del estrés y de las emociones en la diabetes.

La cuestión acerca de cómo estos sentimientos y pensamientos pueden impactar en el desarrollo y curso de la diabetes se convirtió en el centro del trabajo del doctor Richard S. Surwit y del doctor Mark Feingloss, quienes crearon el Programa de la Diabetes de la Conducta Nerviosa de Duke, en 1989. Su trabajo y el de otros investigadores continúa hoy en día, e indica que el control sano de las emociones y las actitudes es un factor clave en el mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre bajo control. Un control sano incluye el uso de terapias naturales para complementar y, a menudo, reducir la dependencia del tratamiento médico.

El estrés puede causar fluctuaciones en los niveles de glucosa en sangre de forma directa o indirecta. En épocas de estrés, por ejemplo, algunos diabéticos no siguen sus planes normales de comidas o se olvidan de hacer ejercicio, tienen problemas para dormirse o se saltan la medicación. Cualquiera de estos comportamientos puede provocar un incremento de los niveles de glucosa en sangre. Una causa más directa se da cuando, en situaciones de mucho estrés, las glándulas suprarrenales liberan una gran cantidad de hormonas, como la adrenalina y la hidrocortisona, en el torrente sanguíneo. En las personas sin diabetes, el azúcar suplementario es utilizado por las células como energía.

En los diabéticos se acumula en sangre y puede causar síntomas de hiperglucemia, tales como boca seca, ganas de orinar y dolor u hormigueo en los brazos y piernas.

El estrés tiene un efecto diferente en las personas con diabetes de tipo I que en las personas con diabetes de tipo II. En las primeras, el estrés puede hacer que los niveles de glucosa suban en algunos casos y bajen en otros. En las personas con diabetes de tipo II, el estrés mental hace subir generalmente los niveles de glucosa en sangre. El estrés físico a causa de una enfermedad o herida hace subir los niveles de glucosa en sangre en los dos tipos de diabetes.

El control del estrés no sólo ayuda a mantener un bienestar diario, sino que también minimiza las complicaciones que se asocian a la diabetes, especialmente la cardiopatía y la hipertensión.

Este control también es importante para prevenir la depresión.

Muchas personas con diabetes de tipo II experimentan depresión. Aunque este estado no causa necesariamente diabetes, puede incrementar el riesgo de complicaciones y tener un efecto negativo en el bienestar general. Las personas que tienen una depresión grave sufren cambios hormonales parecidos a los causados por el estrés. El resultado es un aumento de la cantidad de glucemia, que agrava la diabetes.

La depresión es habitual entre los diabéticos, especialmente poco después de que se les diagnostica la enfermedad o cuando ésta empeora. Un buen ejemplo es lo que sucede cuando las personas con diabetes de tipo II que en principio no necesitaban insulina descubren que la precisan para mantener un control de la glucemia. Muchos de estos individuos sienten una aprensión inmediata, aunque no la expresen, hacia ese cambio de situación. Puede que teman que la enfermedad esté empeorando mucho o que desarrollen la diabetes de tipo I. Algunos negarán que algo haya cambiado e insistirán en que se sienten bien. Puede que tengan miedo de que la familia o los amigos les rechacen, o de que tomar insulina cambie drásticamente sus vidas. Algunos tienen miedo a las agujas.

Se ha dado un nombre a la resistencia psicológica a tomar insulina: RPl o Resistencia Psicológica a la Insulina. La RPI es un nombre relativamente nuevo para esta enfermedad que afecta a muchas personas con diabetes de tipo 1 a las que se les añade insulina a su programa de seguimiento. La Resistencia Psicológica a la Insulina se puede eliminar en el caso de las personas que cambian la actitud que tienen hacia sí mismas y hacia la diabetes a través de una mejor comprensión de la relación entre el cuerpo y la mente, y que se comprometen también a hacer de las técnicas naturales de control del estrés una parte de su programa de asistencia.