Neumoconiosis

Causas de la Neumoconiosis

La penetración de pequeñas cantidades de polvo en las vías respiratorias es un hecho usual en las grandes ciudades. Corrientemente, llegado este momento, nuestro organismo se defiende bien mediante el moco de las vías respiratorias, que es el que capta tales partículas. Por otro lado, el movimiento vibrátil de las pestañas que poseen las células de los conductos respiratorios, las van eliminando progresivamente al exterior hasta que, llegando a las zonas sensibles, se produce un golpe de tos que, por fin, las expulsa al exterior ¡unto con la expectoración.

Pero cuando entran en las vías respiratorias cantidades mayores de polvo, estos sistemas defensivos son ineficaces, y las partículas pueden llegar hasta la intimidad del pulmón, donde atraviesan los alvéolos y determinan una reacción patológica del pulmón, debido no sólo a la irritación mecánica producida por el polvo, sino especialmente a su composición química y característica de solubilidad.

Se trata, generalmente, de substancias que se producen en ambientes profesionales: talleres, fábricas, minas, canteras, etcétera.
A este proceso se le llama neumoconiosis y según la substancia que lo produce recibe distintas denominaciones: silicosis, si es producido por la inhalación de polvos en cuya composición interviene la sílice, antracosis, cuando se debe a la inhalación de polvo de carbón; asbestosis, cuando son polvos derivados del amianto.

Cuadro clínico

Casi todas estas substancias determinan en el pulmón una reacción fibrosa que evoluciona de un modo lento, pero progresivamente.

Refiriéndonos a la silicosis (que es una de las formas más características), recordaremos que clínicamente transcurre en tres períodos o etapas, según que los trastornos y síntomas que produzca sean discretos, medianos o graves:

  1. En la primera fase —que suele iniciarse al cabo de diez o quince años de trabajar el obrero en un ambiente silicótico—, todo lo más que puede observarse es una pequeña dificultad respiratoria a los esfuerzos durante el trabajo. En cambio, si sus pulmones son observados radiográficamente, se advertirá en ellos como una red que en sus puntos de cruzamiento muestra unos abultamientos o nódulos muy pequeños.
  2. En la segunda fase, los síntomas aumentan, la dificultad respiratoria es ya más manifiesta. La tos es frecuente. Al observar el pecho de los citados individuos se ve una tendencia a mantenerse en permanente distensión pulmonar, lo cual les obliga a hacer un esfuerzo prolongado durante la espiración del aire. Radiológicamente, en este periodo se aprecia que los nódulos son algo mayores y difundidos simétricamente en ambos pulmones, semejando lo que ha sido llamado «tormenta de nieve». Siendo también frecuente en ellos la imagen en mariposa, por el hecho de que los nódulos más próximos a la parte central del pulmón son algo más grandes, densos y próximos entre sí.
  3. En la tercera fase, la tos del individuo es constante. Aparece expectoración de moco mezclado con pus. La dificultad respiratoria es mucho más intensa y el semblante del paciente muestra en sus partes más extremas —nariz, orejas— una coloración vinosa, indicando la dificultad con que se realiza la oxigenación a nivel del pulmón.

Durante este período, la radiografía se distingue por la presencia de sombras gruesas, compactas, apelotonadas, que predominan sobre todo en la parte inmediata por debajo de las clavículas. Se trata de sombras casi tumorales, que a veces presentan imágenes cavernosas.

Prevención de la Neumoconiosis

Deben tomarse todas las medidas que estén encaminadas a proteger al obrero frente a la inhalación de los polvos industriales perjudiciales. Para ello será preciso instalar cuanto antes aspiradores en el sitio de trabajo. Humedecer el material. Emplear, si es preciso, máscaras adecuadas. Y efectuar revisiones periódicas entre los obreros, para atender su salud y prevenirles mediante la fotorradiografía seriada.