La pelagra o “enfermedad de la rosa” es una afección descubierta por el español doctor Casal. Se presenta de modo endémico en los países mediterráneos y en América del Norte, sobre todo en las edades de veinte a cuarenta y cinco años. Es más corriente en las mujeres.
En otro tiempo se atribuyó a la alimentación con maíz, pues en éste faltan importantes aminoácidos que son indispensables en toda dieta. De lo que se deduce que una alimentación en la que el maíz sea alimento principal, resulta deficiente.
Hoy en día se sabe que dicha afección se debe en gran parte a la ausencia en la dieta de la obstancia o factor preventivo de la pelagra, que es la vitamina PP amida del ácido nicotínico, y que forma parte del complejo vitamínico B.
La carencia de árido nicotfnico en la especie humana se traduce por “la pelagra”. Convine oue insistamos diciendo aue la enfermedad no es debida únicamente a la carencia de esa substancia. Pues existen otros factores que intervienen en la determinación del cuadro pelagroso. Es evidente que la carencia dietética que motiva la aparición de este trastorno, nunca queda limitada al ácido nicotfnico.
La dieta productora de “pelagra”, en general es una alimentación desprovista de todas las vitaminas del complejo B2 o al menos de muchas de ellas.
En el cuadro clínico de la “pelagra” hay síntomas achaca- bles a la carencia de ácido nicotfnico, y otros que son tributarios del déficit de otros factores vitamínicos. De ahí la extraordinaria variedad clínica dentro de la mencionada enfermedad.
A pesar de las múltiples versiones clínicas de la afección, es seguro que los tres síntomas cardinales de la enfermedad están relacionados directamente con la falta de ácido nicotfnico. Estos tres síntomas, que constituyen los rasgos clínicos más importantes de la enfermedad, son: la diarrea, la dermatitis y la demencia.
Por este motivo y empleando las iniciales de cada una de estas tres palabras, formando un anagrama, se dice que la “pelagra” es la enfermedad de las tres D. Aunque algunos han añadido sarcásticamente una cuarta D: defunción.
La diarrea es el síntoma principal dentro de los trastornos digestivos, caracterizados por pesadez, malas digestiones y la aparición de una diarrea pertinaz, irreductible con los tratamientos ordinarios.
La dermatitis está constituida por la presencia en la piel de una inflamación que se localiza principalmente en las regiones del dorso de las manos y de los pies y en ocasiones alrededor del cuello formando el llamado collar de Casal. A las alteraciones de la piel se añaden inflamaciones de las mucosas, especialmente de las encías y de la lengua.
La demencia es el síntoma clave de los trastornos mentales a que puede dar lugar la carencia de dicha vitamina. Comienza por apatía, le suceden cuadros neurasténicos y alucinatorios, pudiendo terminar en las formas avanzadas en agudos estados de demencia.
El tratamiento realmente más eficaz para la dolencia, consiste en la administración de preparados a base de amida de ácido nicotfnico. Asimismo son recomendables los extractos de hígado y los alimentos ricos en principios antipelagrosos, como: hígados, pescados, yema de huevo, además de lechugas y tomates. Las zonas de piel enfermas deberán ser preservadas de la luz intensa, especialmente la solar.