La enfermedad de Addison

La enfermedad de Addison es debida a lesiones de las glándulas suprerrenales casi siempre de origen tuberculoso, aunque también puede deberse a atrofia simple, a hemorragias, tumores o quistes.

Causas de la enfermedad de Addison.

Encima de cada riñón hay una pequeña glándula llamada suprarrenal, de un peso aproximado de unos siete gramos, que consta de una porción cortical y otra porción medular.

Primero:    Funciones de la corteza suprarrenal. Esta parte de la glándula suprarrenal es esencial para la vida, y su misión consiste en:

  • a)   Regular la actividad sexual en especial los caracteres sexuales secundarios.
  • b)   Regular el metabolismo del sodio y subsidiariamente intervenir en el metabolismo del cloro y del potasio.
  • c)    Controlar la constancia de la presión sanguínea.
  • d)    Intervención en el almacenamiento de Vitamina C.
  • e)     Regular el metabolismo de los hidratos de carbono.

Las hormonas de la corteza suprarrenal más importantes son: la androsterona, la corticosterona y la desoxicorticosterona.

Segundo:    Funciones de la médula. La parte medular de las glándulas suprarrenales no es esencial para la vida. Está relacionada con el control del sistema nervioso simpático mediante su principio activo: la adrenalina o epinefrina.

Cuadro clínico de la enfermedad de Addison.

Uno de los síntomas más característicos es el color bronceado de la piel, que aparece en forma de manchas pardas. Se presentan con predilección en las regiones del cuerpo descubiertas, o sea, en las partes expuestas a la luz, como la cara, el cuello, el dorso de las manos; en las partes expuestas a presiones mecánicas como en la cintura, y sobre todo en las partes que ya fisiológicamente están muy pigmentadas, como los pezones, los órganos genitales y las márgenes del ano.

También pueden observarse manchas de pigmento de color pardo en los labios, en el paladar, en las encías y en las conjuntivas.

Otro síntoma muy típico es la pérdida de fuerza, la sensación de cansancio o de agotamiento manifiesto que llevan al enfermo a permanecer durante casi todo el día sin ánimos para el trabajo, en posición sentada o echada. Junto a este cansancio físico hay también un cansancio mental, una apatía manifiesta.

El descenso de la presión arterial es también constante. Son usuales las alteraciones de estómago e intestinos con pérdida del apetito, náuseas, a veces vómitos, dolor abdominal y precozmente estreñimiento, si bien en las fases más avanzadas puede haber diarrea.

El análisis de sangre demuestra descenso del azúcar sanguíneo, aumento de potasio y disminución del sodio y del cloro.

El curso de la dolencia, que puede durar varios años, es el de un padecimiento crónico que va agotando de modo creciente al enfermo y acabando por acarrear su muerte. En algunos casos ésta sobreviene como consecuencia de una crisis aguda de empeoramiento: crisis addisoniana: con vómitos, fuertes dolores abdominales, parálisis intestinal y colapso.

Tratamiento de la enfermedad de Addison.

Se fundamentará en la administración de extractos de corteza suprarrenal y en las formas debidas a tuberculosis : tratamiento sistemático mediante las drogas especificas. Colaborará eficazmente la administración de Vitamina C en grandes dosis, la administración de sal, agua, y dextrosa. Tónicos circulatorios y dieta alimenticia pobre en potasio pero rica en calorías, vitaminas, hidratos de carbono y, sobre todo, en sal.

La cantidad diaria de potasio no deberá ser superior a 2 gramos y la de sal será de unos 5 a 10 gramos diarios. El régimen vegetariano deberá prohibirse puesto que es muy rico en potasio y pobre en sodio.