El glaucoma en la diabetes es bastante más frecuente – al igual que en las cataratas – que en pacientes no diabéticos.
El tratamiento del glaucoma en la diabetes es bastante efectivo
El glaucoma de ángulo abierto es 1,4 más frecuente en la población diabética. La prevalencia de glaucoma aumenta con la edad y la antigüedad de la diabetes, pero el tratamiento médico para el glaucoma de ángulo abierto es habitualmente efectivo.
La trabeculoplastia con láser de Argón puede normalizar la presión intraocular en algunos pacientes, sí el tratamiento médico es ineficaz. El tratamiento del glaucoma de ángulo abierto en los pacientes diabéticos es en esencia igual al de los pacientes no diabéticos.
El glaucoma neovascular es más grave y la mayoría de las ocasiones ocurre en aquellos ojos que tienen una retinopatía diabética grave o desprendimiento de retina u ocasionalmente después de una intervención de cataratas.
Este cuadro es la consecuencia de la proliferación de neovasos sobre la superficie del iris. Estos vasos se observan en primer lugar en los bordes de la pupila. Sí la rubeosis progresa, una fina red de vasos pueden crecer sobre el iris y se van infiltando hacia el ángulo del ojo.
Este crecimiento provoca sinequias periféricas anteriores y cierre del ángulo por esta red fibrovascular, el resultado es el glaucoma neovascular. En algunos casos la presión intraocular puede ser elevada antes de que se cierre el ángulo por la presencia de proteínas y células procedentes de la proliferación vascular.
El glaucoma neovascular es de difícil tratamiento y requiere que sea agresivo. El tratamiento de la iridis rubeósica y el glaucoma neovascular incluye:
- Panfotocoagulación
- Goniofotocoagulación
- Medicamentos de uso tópico contra el glaucoma
- Medicamentos por vía sistémica contra el glaucoma
- Cirugía
- Combinación de los tratamientos anteriores
Un precoz diagnóstico y un tratamiento adecuado con fotocoagulación pueden evitar un futuro devastador.